La idea de La Milanguera, una máquina rebozadora de milanesas para pequeños y medianos comercios, nació de una tesis de la carrera de Diseño Industrial, con la que cuatro alumnos bonaerenses se graduaron en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El dispositivo funciona de un modo sencillo: mediante un mecanismo de rodillos y de engranajes, impulsado por un motor eléctrico, la carne atraviesa por recipientes que contienen el huevo y el pan rallado. Al final del proceso, que dura unos 10 segundos, la milanesa sale lista para la freidora. De este modo, la máquina permite rebozar 30 kilos de milanesas en una hora, según explicó Fedele Fusco, uno de los integrantes del equipo de diseñadores industriales.
“Queríamos desarrollar un dispositivo que tuviera relación con la identidad nacional, y que aportara al crecimiento económico de pequeños comercios. Después de un análisis de mercado descubrimos que había crecido el consumo de milanesas preparadas y listas para comer. Y que sigue siendo uno de los alimentos más elegidos. Así nació la idea de desarrollar la máquina”, comentó Fusco durante una entrevista con LA GACETA.
A comienzos de 2014, cuando arrancaron con el proyecto en la facultad, los diseñadores industriales también descubrieron que en el mercado ya existían máquinas empanadoras de milanesas, pero para grandes industrias, como frigoríficos, que rebozaban grandes cantidades de carne. Y en paralelo, detectaron que para pequeñas empresas, como carnicerías o rotiserías, no había una máquina que cumpliera esta función. “Así, decidimos orientar el producto para este segmento”, subrayó.
Durante 2014, los creativos trabajaron para desarrollar los primeros prototipos. El capital inicial para esta etapa del proyecto salió de sus propios bolsillos. Sin embargo, para financiar la compra de los insumos que les permitieron avanzar en el desarrollo obtuvieron un subsidio del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. “Ese aporte nos ayudó en el desarrollo definitivo del primer prototipo de la máquina, con los materiales aptos para alimentos y con el motor eléctrico específico”, detalló Fusco.
De la idea al negocio
El año pasado, los creadores de La Milanguera tomaron la decisión de convertir el proyecto de tesis en un emprendimiento. “Comenzar esta tarea fue un gran esfuerzo, porque tuvimos que hacer un plan de negocios, que incluyó un estudio de costos y la estrategia comercial”, recordó el emprendedor.
Sin capital suficiente y sin estructura, pero con las convicciones muy firmes, los diseñadores presentaron la máquina en el Concurso Innovar, que organiza el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. El jurado le entregó al equipo una mención especial por su creatividad. “Esto le dio una gran exposición al proyecto y el interés creció en todo el país”, observó.
Los primeros pedidos comenzaron a llegar y le dieron a La Milanguera el impulso que necesitaba para avanzar de nivel. “La primera producción la estamos financiando nosotros, aunque también recibimos anticipos que depositan los clientes”, precisó Fusco. Por estos días, los creadores de la máquina rebozadora trabajan con todo para acelerar la producción en serie. Su objetivo es entregar las primeras unidades vendidas entre abril y mayo, para clientes de diferentes zonas del país y del exterior.
Fusco insistió en que el propósito de la máquina es ayudar a que los pequeños y medianos comercios que venden milanesas puedan optimizar su funcionamiento, y mejorar la calidad del trabajo de los empleados. En este sentido, afirmó que las sandwicherías de Tucumán, tan populares por sus milanesas, podrían aprovechar las ventajas que ofrece el artefacto.
“En la etapa de investigación, charlamos con varios empleados que empanaban milanesas en comercios del rubro. Todos nos decían que es un trabajo muy difícil. Una sandwichería, por ejemplo, necesita unos 50 kilos y armarlas a mano es muy agotador. La Milanguera automatiza este trabajo, para que los comercios mejoren su funcionamiento”, concluyó Fusco.